Parques Naturales. California

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Fotos y texto: Marta Notivol

      Nuestra corresponsal en la Polinesia francesa realizó un viaje para realizar un circuito interesantísmo: Mojave National Reserve, Las Vegas, el Gran Cañón del Colorado, el Death Valley, Mono Lake, el Yosemite National Park, los Kigs Canyons y el Sequoia National Park. Y este es su reportaje…

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Marta Notivol 
(Texto y fotos)
Corresponsal del Pollo Urbano en la Polinesia Francesa

      Viajar para ver los Parques Naturales es el mejor de los propósitos para California. En este viaje entramos incluso en Arizona y Nevada. Arizona por acercarnos a Las Vegas y el Gran Cañón y  Nevada al rodear por el este y la 395 road, Sierra Nevada.

    En este viaje no pasamos por San Francisco, es un destino obligado y mucho encanto, pero un viaje anterior por la Road 1 bordeando la costa hasta los Ángeles, nos hizo desistir.

   Lo primero que hay que hacer en este vasto terreno de EEUU es seleccionar destinos, a no ser que cuentes con suficiente tiempo como para perderte.

    Nos dirigimos hacia las Vegas e hicimos un primer alto en la reserva de Mojave. Este extenso terreno desértico te prepara para lo que significa amplias extensiones áridas. Los lagos secos salados y los arboles de Josué son los elementos que empiezan a sorprender.

    Este nombre tan indígena, y los graneros o puestos de correos antiguos y abandonados,  te hacen sentir en las viejas películas del oeste americano. Esta sensación se repite en varias ocasiones en el viaje: durante el pequeño recorrido que hicimos por la ruta 66, en los viejos pueblos fantasmas mineros como Bodie cerca del lago Mono, en el cuidado pueblo de Columbia, y en cualquiera de los pueblos que rodean la Sierra Nevada por el lado este, como Bridgeport donde si se pudiera cambiar los modelos de los coches podríamos situarnos en los años 60 o si los cambiamos por carretas a principios de siglo XX.

    Llegamos a las Vegas, porque no, hay que ver ese derroche de construcción, de agua, de turismo banal, de juego y de estupidez. Lo que sí que es cierto es que no hay casi nada que se interponga en ese deseo humano por obtener beneficios. Lo que sí es cierto también es que la vista no la puedes despegar al ver esos hoteles con sus presentaciones delante: Una Torre Eiffel de 100 metros, el campanario de Florencia, el puente de Venecia…todo ello a un tamaño enorme con el único objetivo de ostentar. La diversión de los visitantes, algo falsa, pasa por hacer “locurillas” que nos evadan de nuestra rutina. También el juego, por supuesto, es la base de este montaje y nosotros jugamos y ganamos. Pero el juego es parte de la diversión en la sociedad americana, pues existen salones de juego en casi todos los pueblos. Detrás de las presentaciones se alzan enormes edificios de alrededor 15 plantas con múltiples extensiones, y uno se pregunta dónde está toda esa gente. También los espectáculos son la base de la ciudad. Hay muchos y de calidades de todas las gamas. Desde los espectaculares Circo de Sol, magos, conciertos, revistas musicales….etc.

       Las Vegas nos sirve de catapulta para EL GRAN CAÑÓN. Otro sueño realizado. Hay múltiples formas de visitarlo. Nosotros optamos por ahorrar tiempo, que no dinero y vamos en helicóptero desde las Vegas en una excursión de tarde. Además de su belleza me fascina el enigma de su formación y cómo muchos geólogos dedican su vida averiguar esto. Me fascina también el hecho de la transformación que ha sufrido en millones de años, desde enormes cordilleras hasta la planicie arenosa. Y sobre todo me fascina su paisaje y sus gigantescas dimensiones. Sobrecogedor y bello al mismo tiempo.

      Continuamos nuestro recorrido hacia el Valle de la Muerte. Una vez más las dimensiones empequeñecen. Un desierto como este, con puntos a menos 80 metros del mar resulta como poco impactante. Allí si que estas en medio de la nada. Y contrariamente a lo esperado, no es el monocolor lo que predomina, sino una variedad de colores de la tierra que van el turquesa al naranja pasando por amarillos y ocres. Hay una zona incluso llamada “la paleta del pintor”.

    A lo largo del lado este de Sierra Nevada, circulando por la 395 vamos subiendo poco a poco en altitud y disfrutando de hermosas montañas nevada a la izquierda y de variados valles a la derecha. Hacemos pequeñas incursiones en las montañas que nos acercan al monte Witney 4.421 m, y la cima más elevada de EEUU. La nieve no nos permite como en verano cruzar al lado oeste por la 120 que nos llevaría directos al Yosemite National Park, pero esto nos permite visitar algunos puntos interesantes.

    Dejando Bishop llegamos al lago MONO. Este lago es de una gran peculiaridad en cuanto a la flora y fauna (larvas y bacterias específicas, paraíso de aves migratorias) que deben enfrentarse a un agua muy alcalina. Es tres veces más salada que la del mar, pues sus aguas no tienen salida. Otra peculiaridad son sus rocas de toba: extrañas rocas que emergen por sí mismas del agua de un lago. La causa de su formación son los carbonatos existentes en el caldo salobre del agua y los manantiales calientes ricos en calcio que borbotean desde el fondo. Debido a las reacciones químicas, se forman esbeltas columnas blancas de cal que sobresalen hasta seis metros sobre el agua, altas y a veces inclinadas. Las luces del atardecer o el reflejo de las montañas provocan una de las mejores atracciones fotográficas.

     Detenernos en Britgeport nos permite conocer un pueblo fantasma BODIE. Para  llegar a él hay que recorrer una buena pista, y cuando ya crees que no vas a ver nada aparecen unas casas en el medio de una tierra ocre. Lugar inhóspito como ninguno. Con restos de nieve entre las casas que te hacen pensar en la crudeza del clima durante los años en los que llegó a tener 10.000 habitantes, todos ellos allí a la búsqueda el codiciado oro en 1880. Bodie empezó siendo un asentamiento con 20 habitantes en 1859 y ahora los restos, apenas una veintena de casas, son claramente visibles gracias a una asociación que vigila su conservación dese 1962. Muebles, escuela, tiendas con productos, ruleta, graneros y camas polvorientos nos hacen viajar un poquito en el tiempo.

    Por fin pasamos al lado oeste de la cordillera. Encontramos pueblos y sugerentes paisajes como Colombia, Sonora y Jamestown donde hacemos una alto. Aunque no nos quedaremos mucho tiempo impacientes por llegar a Yosemite National Park. Aquí las fotografías parecen montajes de ordenador. Hay de todo, hermosas cascadas, bloques de granito Half Dome, montañas y valle arbolado al fondo.  No solo es una vez más hermoso y grandioso sino que abstrae los sentidos, te quedas pegado el paisaje y te invade el deseo de moverte. Muchas excursiones te permiten recorrer semejante espacio aunque nosotros nos despedimos hasta la próxima.

    En este mismo entorno se pueden visitar el parque de Mariposa Drove con secuoyas enormes perforadas para el paso de diligencias cual túnel. Pero la visita reina a estos milenarios árboles es en Sequoia National Park. Algunas caídas nos dejan a preciar parte de sus raíces o el corte de sección  de unos 4 metros de diámetro, Otras vivas todavía con una antigüedad de 2.000 o 3.000 años. La secuoya más célebre,   General Shelman con sus 32 metros de diámetro, es el árbol más grueso del mundo. El parque consta de otra gran zona montañosa Kings Canyons que también queda apuntada para la próxima pues después de esta maravillosa dosis de espectacular naturaleza queda un sabor exquisito de nuestro planeta y la duda de si podremos conservar todo esto.

     Además necesitamos volver a Los Ángeles, enorme extensión también pero de población, donde la bofetada de la gran urbe al entrar por una autopista de 12 carriles nos deja un poco atontados. Quizá por eso, nos parece algo impersonal y desmembrada. Un pequeño guiño al “Pueblo de Los Ángeles” origen de la ciudad en su época mejicana nos hace sentir en casa. Esta es una sensación que no se pierde durante el viaje. El habla hispana en la población de California es más frecuente que la inglesa, y los nombres de las ciudades también. Es tan grande (1225  ) esta ciudad que tiene el mundo en ella: desde zonas super hostiles, hasta el amable y rico Beberly Hills, Venice o la playas. Pero ya la conocemos bastante con la cinematografía.

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