La paradoja del sexo

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Por Jesús Sáinz 

     Las relaciones sexuales son esenciales para la reproducción pero no son el único método. Las bacterias, por ejemplo, se reproducen dividiéndose, un sistema energéticamente mucho menos costoso que la reproducción sexual. Entonces, ¿porqué la reproducción sexual está tan extendida entre los seres vivos?131Jesus02P
Por Jesús Sáinz Maza
Científico

   En 1886, el biólogo evolucionista alemán August Weismann propuso que la reproducción sexual reorganiza los genes para crear «diferencias individuales» sobre las que actúa la selección natural. Dicha reorganización, conocida como recombinación en genética, es la esencia de la reproducción sexual y sería la razón por la cual el sexo está tan extendido pese a su coste. La generación de diferencias individuales tiene una ventaja evolutiva, entre las muchas combinaciones que crea surgen algunas ventajosas que son seleccionadas y mejoran las probabilidades de supervivencia de las especies al adaptarse mejor al ambiente.

      Otras matizaciones de la idea de Weismann han surgido a posteriori para justificar la reproducción sexual proponiendo que al haber una selección sexual de los individuos más capacitados de la especie: 1) se libera al genoma de mutaciones que son perjudiciales; 2) se introducen rápidamente mutaciones beneficiosas; 3) se ayuda a los organismos a evitar las infecciones parasitarias. Sin embargo, estas razones, basadas en la evolución, siguen siendo hipótesis. No hay suficientes evidencias que demuestren un beneficio suficiente para superar los extraordinariamente altos costes del sexo como método de reproducción sexual. Estos costes incluyen el tiempo y energía que se necesita para encontrar una pareja, la transmisión de sólo la mitad de los genes de cada individuo a la siguiente generación, y además la destrucción  de combinaciones de genes favorables.

     Debido al misterio que representa dicha paradoja, muchos investigadores estudian las posibles razones por las que la reproducción sexual está tan extendida. Se han estudiado especies microscópicas que se reproducen de las dos maneras, sexual y asexual,  como una especie de agua dulce que se reproduce sexualmente cuando están hacinados sus individuos y asexualmente cuando su densidad es baja. Esta observación ha llevado a proponer la hipótesis de que en ambientes heterogéneos la reproducción sexual es ventajosa debido a las nuevas oportunidades genéticas que proporciona la recombinación debida al sexo. Estas hipótesis han sido probadas en el laboratorio, pero de ahí a la vida natural hay un gran trecho.

     Según la hipótesis anterior, en un mundo estático, el sexo sería probablemente innecesario. Pero los ambientes siempre cambiantes de la Tierra son el escenario adecuado para la reproducción sexual. El sexo permite que las especies se adapten a la pérdida de fuentes de alimentos, a la aparición de nuevos parásitos, a cambios de las temperaturas, y cualquier otra variación imaginable.

    Sin embargo, existen algunas dudas sobre si el entorno fluctúa con la suficiente rapidez como para justificar la prevalencia y la persistencia de las relaciones sexuales en el reino eucariota, es decir en los organismos más evolucionados y no en los microorganismos.  Algunos científicos se preguntan ¿Son las ventajas que favorecen al sexo lo suficientemente grandes comparadas con su coste?

    Y así la paradoja de la vida sexual sigue sin resolver. No sabemos por qué existe el sexo.

PRecuperandoP


RECUPERANDO MATERIALES

Bebés seleccionados como herramienta terapéutica (Publicado en Marzo 2009)

        Recientemente, en España, nació un bebé seleccionado para que no portara el defecto genético que afectaba a su familia y para que además fuera compatible para un transplante de tejidos con su hermano mayor. La familia había llevado a cabo para ello un diagnóstico genético del bebe, antes de implantarlo para su gestación. Dicha familia había tenido anteriormente un niño con una enfermedad hereditaria llamada beta-talasemia o anemia congénita. Esta enfermedad consiste en un defecto en la producción de las células en la sangre que portan el oxígeno y puede causar la muerte de los afectados en unos diez años.

     Los padres se informaron de que si tenían un segundo hijo sin el defecto genético que causa la enfermedad y con un sistema inmune compatible con el de su hijo enfermo podían utilizarlo para un transplante de tejidos que podría salvarlo. Después de que la Comisión Nacional de Reproducción Asistida aprobara la solicitud, los padres recurrieron al el implante de un embrión seleccionado mediante diagnóstico genético: una técnica que permite comprobar si un embrión está libre de un defecto genético antes de transplantarlo al útero de la madre. Para ello el embrión obtenido mediante fertilización “in vitro” es examinado genéticamente para comprobar que no es portador de la enfermedad. La finalidad de todo este proceso es utilizar la sangre del cordón umbilical del bebé para un transplante al niño enfermo. Las células del bebé, una vez transplantadas, podrían ayudar al niño enfermo a producir células sanas y a curarlo de su enfermedad. Aunque este tipo de terapia no garantiza la cura, los expertos opinan que la probabilidad es muy alta.

     Las posibilidades de este tipo de terapias son muy numerosas, sin embargo plantean problemas éticos muy controvertidos y, en mi opinión, muy difíciles de resolver. Imaginemos el potencial de conflicto para los hermanos, y sobre todo para el niño generado con la finalidad de curar a otro. Es muy fácil que pueda sentirse como un objeto que ha sido generado con la finalidad de utilizar sus tejidos. No es lo mismo cuando una persona adulta, en posesión del uso de razón, decide donar un tejido u órgano para salvar a otra persona. Obviamente un embrión, o un bebé, no disponen de esta capacidad de raciocinio y de tomar decisiones libremente. Pero siguen siendo personas y como tales tienen los mismos derechos que las demás. ¿O no? Ésa es la pregunta que yo me hago. Creo que todo el mundo estará de acuerdo en que no se le puede forzar a un adulto a ceder un órgano o tejido para un transplante. ¿Entonces, porqué a un bebé si?

     El problema ético es difícil de resolver. Desde la posición de los padres es lógico que su mayor preocupación sea la de salvar a su hijo. Y es loable dicho deseo. Yo también considero que es lógico y deseable el utilizar los conocimientos científicos para salvar vidas. Pero es importante que se abra un periodo de discusión en el que participen amplios sectores sociales y expertos en temas éticos, legales y psicológicos que estudien los posibles problemas psicológicos que pueden tener estos niños diseñados para curar a otras personas. Por otra parte, considero muy importante que se genere una legislación que contemple las múltiples posibilidades de abuso a las que estas prácticas de selección genética con una finalidad práctica pueden abrir las puertas. Debemos ser cuidadosos con las posibilidades de discriminación genética. Esperemos que los progresos de la ciencia se utilicen solamente para ayudar al ser humano y que esto se haga en un marco legal que impida el generar dolor y sufrimiento en otros seres humanos.